El pasado 2 de agosto el Real Madrid C.F terminaron las obras de adecuación del césped del Santiago Bernabéu. Con la supervisión de Paul Burgess, jefe de mantenimiento de campos de fútbol del Real Madrid, se realizó una operación que ya viene siendo habitual en los últimos años.
Con la máxima precisión y en un tiempo record se sustituyeron 8.500 metros cuadrados de césped, procedentes de Milán, divididos en 23 tepes que se colocaron de manera escalonada en menos de 48 horas. El tipo de césped instalado es híbrido, con una base artificial sobre la que crece la hierba de manera natural, una técnica pionera en los campos de España. Posee una alta resistencia al desgaste, evitará el mal apoyo de los jugadores y cuenta con una alta capacidad de drenaje.
Estrenado en el Trofeo Santiago Bernabéu ante el Galatasaray, el césped no terminó de estar al 100% para la práctica del juego, nada preocupante ya que en palabras del propio Burgess “Un cambio de césped siempre es complicado. Depende del transporte, de si ha sido bien sembrado y cultivado en su origen, si la instalación ha ido bien… Pero tengo mucha confianza en que podremos tener una gran superficie para la próxima temporada. El plan es que sea una alfombra para todos los partidos»
Pero hablando de cambios casi anuales ¿sabemos por qué el Real Madrid se ve obligado a ejecutar estas obras casi anualmente cuando otros estadios no lo requieren?
La propia estructura del estadio, con forma cerrada y unas gradas inclinadísimas no permiten la adecuada ventilación que sumada a la escasísima entrada de luz en alguna épocas del año, hacen del Santiago Bernabéu un estadio complejísimo para el cuidado del césped.
Para salvar estos importantes problemas el Real Madrid C.F encargó un estudio de soleamiento del terreno de juego del Estadio Santiago Bernabéu, contemplándose las distintas fechas y horarios con el fín de analizar posibles soluciones. Nunca fueron fáciles. Como podemos ver en las épocas más frías del año, el césped no recibe practicamente luz solar de ahí las imágenes de deterioro principalmente en el fondo sur del estadio.
Hoy en 2015, las nuevas tecnologías con lámparas de luz artificial, aireadores, calefacción bajo el tapete… permiten que junto al extraordinario grupo humano de jardineros y cuidadores, el Santiago Bernabéu disfrute de una auténtica alfombra. Cuidados extremos que pasan desapercibidos para el gran público, pero que son una parte importantísima para la finalidad única del césped: el espectáculo.
Un auténtico reto que se convertirá en un desafío aún mayor en el momento en que la remodelación del Santiago Bernabéu, permita al estadio disponer de un techo retráctil. ¿Bueno para la comodidad malo para el césped?
@nuevobernabeu